Un mono loco y ágrio que se siente viajero estelar.
Perfeccionista, pero no hace mas que soñar.
Dicen que una vez fue un hombre, que un día se puso a soñar y despertó en la luna... Jamás quiso regresar.
Come trocitos de luna a cucharadas en el desayuno y en la cena, pequeñas dosis para mantener a raya su locura y sus delirios de grandeza.
La LUNA del Mono!
"La luna se puede tomar a cucharadas o como una cápsula cada dos horas. Es buena como hipnótico y sedante, y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía. Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se ama..."